lunes, 11 de octubre de 2010

El eterno retorno de las estaciones y los ciclos económicos

NOCHE TRISTE DE OCTUBRE, 1959

A Juan Marsé

Definitivamente
parece confirmarse que este invierno
que viene, será duro.

Adelantaron
las lluvias, y el Gobierno,
reunido en consejo de ministros,
no se sabe si estudia a estas horas
el subsidio de paro
o el derecho al despido,
o si sencillamente, aislado en un océano,
se limita a esperar que la tormenta pase
y llegue el día, el día en que, por fin,
las cosas dejen de venir mal dadas.

En la noche de octubre,
mientras leo entre líneas el periódico,
me he parado a escuchar el latido
del silencio en mi cuarto, las conversaciones
de los vecinos acostándose,
todos esos rumores
que recobran de pronto una vida
y un significado propio, misterioso.

Y he pensado en los miles de seres humanos,
hombres y mujeres que en este mismo instante,
con el primer escalofrío,
han vuelto a preguntarse por sus preocupaciones,
por su fatiga anticipada,
por su ansiedad para este invierno,

mientras que afuera llueve.
Por todo el litoral de Cataluña llueve
con verdadera crueldad, con humo y nubes bajas,
ennegreciendo muros,
goteando fábricas, filtrándose
en los talleres mal iluminados.
Y el agua arrastra hacia la mar semillas
incipientes, mezcladas en el barro,
árboles, zapatos cojos, utensilios
abandonados y revuelto todo
con las primeras Letras protestadas.

Jaime Gil de Biedma

sábado, 19 de junio de 2010

La ley del Talión


A menudo tendemos a interpretar que la ley del Talión es una institución propia del salvajismo y la barbarie. Últimamente es común señalar que en muchos países islámicos se sigue utilizando, y por esto se les considera bárbaros. Sería largo de contar cómo y por qué esta concepción de la pena es vista en nuestros días como algo primitivo e irracional. En mi opinión, los países islámicos que utilizan la ley del Talión, si es que lo hacen, no son más salvajes o bárbaros por ello, serán bárbaron por otras cosas, como por ejemplo por condenar a lapidación a mujeres adulteras, e incluso a mujeres violadas (sic- aunque no lo crean); o bien por ahorcar a homosexuales, por mantener y promover la poligamia, el casamiento forzoso y la pederastia.

De todo el elenco de salvajadas que encontramos en la Sharia o Ley islámica, creo que la implementación de la ley del Talión sería cosa menor. Por cierto, un inciso, cabe recordar a este respecto a los defensores de Hamas que Gaza puede ser definida en la actualidad, entre otras cosas y según mis cálculos- corríjanme si me equivoco-, como el único territorio que da al Mediterráneo en que se aplica la Sharia (el año pasado fue promulgada por ese grupo tan admirado por el populacho y el stablishment a partes iguales, que se caracteriza por enviar a mujeres adúlteras y a niños de cinco años a "inmolarse" en los checkpoints israelíes). Pero está claro que se apoya a Hamas porque ataca a Israel, y siempre nos ponemos de parte de quien ataca al judío: si un tsunami destrozara Israel, por supuesto, nos pondríamos de parte del tsunami (cosa que ya sucedió según algunos investigadores, que creen que el diluvio universal fue eso mismo, un gran tsunami- claro que, a este tipo de investigadores, hay que hacerle el caso justo).

Está claro que la ley del Talión es algo pasado de moda. Los sistemas penales modernos se apoyan en otras teorías y en otras máximas que no reproduciremos para no aburrir al personal.. Pero no se le escapará a nadie con dos dedos de frente que en el devenir de los estados y las civilizaciones la aparición de la institución del Talión debió ser, y como tal debe ser tenido, algo realmente progresista y racionalista. Imaginen que a un pastor de vacas le matan a una de ellas y va a éste con todo el derecho del mundo y se carga a la familia entera del que le mató la vaca. La ley del Talión, resumiendo, lo que hace es aportar a la Historia del Derecho el concepto de "proporcionalidad" entre el delito y la pena.

O sea que, damas y caballeros, Hammurabi era un progresista, o más bien, un racionalista, una mente privilegiada, no ya por incluir en su Código la ley del Talión, sino también por hacer tallar el Código en algo duro, que no pudiera ser cambiado por el soberano de turno, de donde deducimos que también fue el creador de la idea de Imperio de la ley- no confundir con Estado de derecho. Recordemos lo que pasa en Rebelión en la granja de Orwell: los cerdos acaban cambiando los enunciados de la Consitución de la granja (entre otras cosas, añadiendo al último y más sagrado precepto "todos los animales son iguales" aquello de "pero algunos son más iguales que otros").

domingo, 13 de junio de 2010

Pabellón Philips, Exposición Universal de Bruselas, 1958



Tres grandes artistas que colaboraron en la creación de esta instalación, que ya no existe, Le Corbusier, Xenakis y Varese, y que, en mi opinión y siguiendo un fácil silogismo, acaban por tratar al público como una mierda, ya que la estructura representa un estómago, con lo cual, la sensación de los cientos de miles de espectadores que pudieron verla debió ser, cuando la abandonaban, si esto es un estómago y yo acabo de salir, eso es que yo soy una mierda.

Final de la 8ª de Mahler



Movimiento final de la 8ª sinfonía o sinfonía de los mil- nunca nadie congregó a tantos músicos, 850 cantantes y 171 instrumentistas, durante tanto tiempo, 85 minutos-, con letra del Fausto II: este es el final cantado por el llamado Coro místico, que dice así:


"Todo lo transitorio es un simple reflejo
todo lo defectuoso encuentra aquí su perfección
lo enigmático se hace aquí realidad
El eterno femenino nos impulsa".



Sí, es la Concertgebouw y desde el mismo Concertgebouw, y la dirige ese gran místico, ese gran mago que es Haitink. Escribe Eugenio Trías en el Canto de las sirenas: " Ése es el futuro escatológico que Goethe, y Mahler con él, nos proponen, de manera que en esa alquimia de la resurrección cuanto existe y acontece se transmuta al fin en símbolo, espiritualizándose toda criatura singular en esa ascensión irresistible que provoca lo eterno femenino, o la Belleza que eternamente nos arrebata y arrastra".

Y mucho mejor visto por el director y compositor Leonard Berstein: "Usted ya sabe que Freud analizó a Mahler durante dos horas en Holanda, en 1910 ... Bueno, es absurdo decir que le analizó,¡ en solo dos horas! Pero, sin embargo, Freud sí captó algo profundsimo de la personalidad de Mahler, el "complejo de María"; su madre se llamaba María, él mismo se había casado con una mujer cuyo nombre completo era Alma María, todas las mujeres a las que había amado también tenían la palabra María en su nombre ... Y en ese final de la Octava sinfonía él se va a dirigir a María, la Virgen ... "Reina Madre, Virgen hermosísima", dice el texto; por eso la música se vuelve tan inmensamente tierna, dulce, emotiva ... Porque es la Virgen quien llama a Fausto a su lado, quien le hace subir a los cielos y le redime el contrato con el infierno ... y ahí está el niño hebreo llamando a María, a su madre, recobrando la infancia, que va a subir por fin a los cielos , a la recompensa, a la promesa, por medio de la Virgen, de la Madre de Cristo ... Mahler está dando a un conflicto, un tema particularmente judío, una solución crisitiana."

Sin embargo, tras la extensa partitura, Mahler solo puso- y solo lo haría una vez en su vida- una dedicatoria: "La primera inspiración, guardada para mi Almschl, Spiritu Creator- 1906" (Almsch es el diminutivo austrico de Alma. Del mismo modo que, el año que viene por estas fechas (18 de mayo) conmemoraremos los cien años de esas sus últimas palabras, también con el diminutivo austriaco, que lanzó a los presentes entre estertóres: Mozartl, Mozartl !!)

SIRENS

Luciano Berio - Thema (Omaggio a Joyce) .mp3
Found at bee mp3 search engine

El capítulo 11 de Ulises de James Joyce comienza con una especie de obertura en la que aparecen palabras que salpicarán el resto del capítulo. No es, empero, una exposición de leitmotivs como pudiera imaginarse, sino más bien un collage en el que se van pegando esas palabras, respetando el orden en el que irán apareciendo después. Es, pues, más próximo a un trailer promocional de una película, un tanto caótico, que a una obertura propiamente. La referencia homérica es aquí la imagen de las dos camareras, una con el pelo de oro y otra con el pelo de bronce. No son sirenas porque atraigan con su canto a Bloom/Ulises, la atracción es de tipo sexual- es notorio que Bloom está muy salido; en un capítulo posterior, se masturbará en la playa mirando a una jovencita. Son sirenas porque la barra del bar oculta sus piernas. Al principio tienen la versión recitada por Cathy Berberian grabada y transformada por el que entonces era su esposo, el compositor Luciano Berio, y aquí tienen parte de esta extraña obertura.

Bronze by gold heard the hoofirons,
steelyrining imperthnthn thnthnthn.
Chips, picking chips off rocky thumbnail, chips.
Horrid! And gold flushed more.
A husky fifenote blew.
Blew. Blue bloom is on the
Gold pinnacled hair.
A jumping rose on satiny breasts of satin, rose of Castille.
Trilling, trilling: I dolores.
Peep! Who's in the... peepofgold?
Tink cried to bronze in pity.
And a call, pure, long and throbbing. Longindying call.
Decoy. Soft word. But look! The bright stars fade.
O rose! Notes chirruping answer.
Castille. The morn is breaking.
Jingle jingle jaunted jingling.
Coin rang. Clock clacked.
Avowal. Sonnez. I could. Rebound of garter.
Not leave thee. Smack. La cloche!
Thigh smack. Avowal. Warm. Sweetheart, goodbye!
Jingle. Bloo.
Boomed crashing chords. When love absorbs.
War! War! The tympanum.
A sail! A veil awave upon the waves.
Lost. Throstle fluted. All is lost now.
Horn. Hawhorn.
When first he saw. Alas!
Full tup. Full throb.
Warbling. Ah, lure! Alluring.
Martha! Come!
Clapclop. Clipclap. Clappyclap.
Goodgod henev erheard inall.
Deaf bald Pat brought pad knife took up.
A moonlight nightcall: far: far.
I feel so sad. P. S. So lonely blooming.
Listen!
The spiked and winding cold seahorn. Have you the?
Each and for other plash and silent roar.
Pearls: when she.
Liszt's rhapsodies.
Hissss.

etc etc.

miércoles, 14 de abril de 2010

¿De dónde vienen las ideas?

Últimamente ando bastante mal de la vista o del cerebro. Ayer sin ir más lejos leo de pasada una noticia que dice que un cartagenero ha sido nombrado nuevo secretario de las NNGG de IU, o del PC. El titular de la noticia que leo es el siquiente: “esencialmente defendemos las mismas ideas que hace treinta años”. Continúo hojeando u ojeando el periódico hasta el final, y vuelvo al principio y me detengo en la noticia del cartagenero comunista. Mi reflexión había sido errónea porque había leído mal. Le creía un defensor del eurocomunismo carrillista de la transición, un comunismo guiado aún entonces por el imperio soviético, pero democrático al fin- ¡y monárquico- y plagado de católicos!, el PCE de hace treinta años, en pocas palabras. Pero correctamente leído, el titular decía así: “esencialmente defendemos las mismas ideas que en los años treinta”. “Ha debido leer Así destruyó Carrillo al PCE, de Líster”, pensé. O peor, ha podido leer más: Revolucion y Estado, de Lenin. O la biografía de Álvarez del Vayo.

En efecto, podríamos situar en los años treinta el punto al que retornaría cualquier comunista que fuera además fundamentalista y quisiera regresar a su arcadia feliz. A mediados de los treinta, y más joven que este comunista cartagenero, Carrillo se pasaba del PSOE al PCE, en noviembre del treinta y seis, y no precisamente para hacer simposios y manifestaciones horteras, o para defender al castrismo iluminado por los silogismos de Sabina, que no necesita salirse de la misma Cuba para desarrollar su maniqueismo sectario: “no firmaré contra Cuba mientras haya Guantánamo y bloqueo”. Carrillo, más joven que él, en ese mismo mes de noviembre, ya mandaba, era consejero de la dirección de seguridad de Madrid. De esto seguro que también ha leído nuestro cartagenero,. Que siga leyendo y un día hasta llegará a la conclusión de que la defensa de esas ideas, que “en esencia son las de los años treinta”, solo se justifica por los gratos placeres que ofrece a la larga el sufragio pasivo en España.

viernes, 12 de marzo de 2010

CHOPIN


Los bergmanianos, sea por Igmar o por Ingrid, recordarán aquella escena de Sonata de otoño en la que el personaje de esta última explica a su hija, a quien lleva siete años sin ver, cómo era Chopin, cómo era su música y, sobre todo, cómo debía ser interpretada. Me parece bastante evidente que el director no sólo pretende explicar quién era Chopin mediante la lección magistral que da la madre a la hija. Cuando la madre dice que Chopin era “emocional” pero no “sensiblero”, que no había que confundir el sentimiento con el sentimentalismo, que era orgulloso y apasionado, etc, está, en realidad, hablando de sí misma, justificando su actitud derivada de su total entrega al arte musical, un amor más grande y mejor, para ella, que el amor y la entrega familiar de la hija. Cuando la madre pliega el atril, porque ni siquiera necesita ver la partitura, se hace patente la humillación a la que, en forma de gratuita lección, está siendo sometida la hija, a quien considera carente de las cualidades y el temperamento necesarios para siquiera soñar con poder interpretar correctamente un preludio de Chopin. Recordemos que Adorno se servía de la ambivalencia de la palabra “interpretar”, que al parecer también se da en el alemán, para expresar que solo el músico es capaz, mediante el estudio y ejecución de la obra, de captar su sentido.

Por supuesto, y teniendo en cuenta esta posibilidad, no nos aventuraremos en la recopilación y exposición de las ideas musicales de Chopin. Creo que Chopin es verdaderamente de los músicos más complejos y que más cuesta entender, como también creo que su música siempre agrada y conmueve a nuestro oído y a nuestra mente, aunque seamos más o menos legos. De lo extremadamente simple y conmovedor puede pasar a la más compleja y virtuosa musicalidad, que apenas se percibe ya como música y hace más pensar en una especie de estado mental casi místico.

Se podría pensar que en realidad no sacrifica lo que la música expresa o puede expresar en términos extramusicales- los temas ocultos –en beneficio o por respeto a un concepto musical estrictamente clásico- ni a la inversa- y, por tanto, se podría pensar que halla la ecuación perfecta, quizá como las últimas sonatas para piano de Beethoven, entre clasicismo y romanticismo, si bien es cierto que se le suelen atribuir sin más la mayor parte de los gestos y modos estrictamente románticos, hecha la excepción del programatismo estilo Listz. Afirmación ésta discutida y discutible, pues, al parecer, existe programatismo en su música en forma de temas ocultos, no necesariamente temas literarios externos a él, sino programa más abstracto y emocional. Recomendamos el podcast de 30 de noviembre de 2009 dedicado a la Sonata número 2 del imprescindible programa de Radio Clásica El diván y la cábala en el que se muestran algunos ejemplos de estas claves junto con una maravillosa aproximación al personaje.

Por otro lado, Lyndon Larouche, desde su neoclasicismo militante y acaso extravagante, llega afirmar en La revolución de Mozart (un artículo de cuya consistencia y vigencia no podría yo hacer una correcta estimación por falta de conocimientos, pero que recomiendo en todo caso por varias razones, más allá de lo que normalmente se pueda pensar del eterno candidato en las primarias  de los demócratas estadounidenses y fundador del Schiller Institute):

Chopin es un compositor clásico, no un romántico a la Liszt. Sus obras se deben interpretar con la misma transparencia polifónica, sin amaneramientos, sin asesinarlas en una especie de sacrificio humano pagano en el altar del erotismo.

Aparte del esbozo de estas consideraciones musicales, está claro que la vida de Chopin fue típicamente romántica y su personalidad verdaderamente peculiar. Conservo un líbelo que mis padre trajeron de su viaje de novios por Mallorca en el que se narran las peripecias y fatalidades que padeció junto a George Sand y el hijo de ésta durante su estancia en Valdemosa, en cuya cartuja compuso la mayor parte de los 24 Preludios. Un librito de un historiador local, pero bastante objetivo, por cuanto muestra el carácter verdaderamente huraño y cateto de sus paisanos pobladores de Valdemosa, temerosos no tanto de la enfermedad que padecía el músico y que venía a curar- hoy se sabe que no podía ser tuberculosis –cuanto de las trazas de aquellos extraños personajes, de los primeros y seguro que más augustos turistas que llegaban a la isla, de quienes se quisieron aprovechar hasta el punto de comprometer el peculio de la pareja, aparte de amargarle su existencia durante todo aquel invierno de 1838-1839. Moriría diez años después en París después de su larga enfermedad, con treinta y nueve años. Nació, por tanto, hace exactamente doscientos años, un mes de marzo no sabemos si tan lluvioso y frío como éste.



 

 

 

 

lunes, 8 de marzo de 2010

La Beyonce me da morbo


Pretendemos en este artículo reconducir el uso incorrecto bastante extendido de la palabra “morbo”, palabra que de por sí nos parece morbosa; su sonoridad parece conectar con lo que expresa. Está claro que morbo es enfermizo, enfermo, (se habla de obesidad mórbida, de morbidezza en italiano). Enfermo me pongo yo cuando oigo a una persona decir que tal otra “le da morbo”. En vista de que esa tal otra persona no padece enfermedad alguna y que además está “en edad de merecer”, y no sólo eso sino que además es atractiva, y es por esto que el primero se ha sentido atraído, no puedo comprender cómo ni por qué ha de emplearse la palabra “morbo”.

Concedámosle la posibilidad- nunca si objetivamente la persona a la que se refiere la expresión es un bombón, un auténtico primor -de que está empleando la expresión “da morbo” para puntualizar que, si bien esa tal otra persona no es totalmente de su agrado, no le importaría tener un “petite affaire” con ella. Dicho en otras palabras: quisiera practicar con ella sexo etológico y no sexo biológico (que es el que se practica con la intención de procrear). Pero precisamente en virtud de la íntima y subrepticia relación que existe entre los dos tipos de sexo o tal vez porque la otra tal persona oculta su relativa imperfección con el resplandor de otras cualidades, creemos que no es es afortunada la frase, puesto que no se aprecia atracción a lo morboso sino otro tipo de atracción o el grado y la especificidad en que tiene lugar la misma.


No vamos a considerar aquí que tipo de “parafilias” encajan en lo que denominamos atracción sexual a lo morboso, vale decir que esto último no es lo mismo que decir “atracción sexual morbosa”, pues está claro que toda atracción sexual a lo morboso, a lo enfermo, es una atracción sexual morbosa, pero no a la inversa.


Hablemos ahora de otros tipos de atracción morbosa. ¿Es un accidente de tráfico algo “morboso”? Se habla de “efecto morbo” cuando por ejemplo se producen atascos en los carriles de las autovías, tanto en el carril donde ha tenido lugar el accidente como en el carril de la dirección contraria, porque nuestra naturaleza curiosa quiere ver en qué situación se produce la muerte, que, entendida como enfermedad total o enfermedad última, puede suscitar una reacción de atracción a lo morboso, a lo enfermizo; la muerte no genera siempre un interés malsano; solo será morboso, enfermizo, si es un interés no meramente informativo- saber cómo es, en algún aspecto, la muerte: saber si puede llegar a ser bella -, si el sujeto  se siente atraído sexualmente o disfruta con la contemplación de la muerte, violenta o no, de otra persona.



Ese caso de placer morboso, en cuanto placer enfermizo, es el de algunos psicópatas, que disfrutan con el sufrimiento ajeno. En Tesis, de Fernando Amenábar, el morbo se contempla desde diferentes puntos de vista. Primero se muestra el insano placer del psicópata que disfruta haciendo sufrir y asesinando a personas. El asesino cree que es un placer y por tanto cree que acercando ese placer a los demás está haciéndoles un favor, está satisfaciendo su instinto morboso, poniendo a disposición de ellos las imágenes de la tortura y el asesinato.


Analizando las últimas escenas de la película observamos la reflexión del director sobre el morbo: cuando el bueno de la película (creo, pues hace muchos años que la ví) recibe el alta en el hospital, sale de la habitación y avanza por el pasillo. Siguen unos planos que suponemos muestran el punto de vista del protagonista a través de la cámara, que enfoca el interior de las habitaciones, que muchas veces están con la puerta abierta. En ellas, los pacientes contemplan absortos sus televisores, en los que precisamente se está dando la noticia del entramado de snap movies. Creo recordar que la periodista habla de la crudeza de las imágenes pero no recuerdo si dice que de alguna forma éstas van a ser mostradas. Con lo cual, el director parece decir que, en efecto, el asesino lleva razón, los espectadores desean verlo, pues todos seríamos, en alguna medida, psicópatas y todos tendríamos atracción morbosa a lo morboso.


Ahora, digo yo, cualquiera ha pasado por un pasillo de hospital, lo correcto es mirar hacia el frente, como lo normal es también que, si pasa un moribundo en camilla, lo contemplemos, no sé si con interés informativo, para saber cómo es cierto aspecto de la muerte, que inexorablemente nos espera (como en Un mundo feliz se lleva a los niños a que vean a los moribundos en los hospitales). No es tan normal ni tan correcto ir por el pasillo mirando en las habitaciones para ver si se nos ofrece alguna imagen morbosa (un enfermo terminal), que es lo que muestra Amenábar: el protagonista, que ha padecido el sadismo del psicópata, también es morboso, pues no abandona el hospital sin mirar dentro de las habitaciones para contemplar a los enfermos.


Aparte de estas consideraciones sobre el morbo, creo que frases como la que escuché a alguien otro día (“la Beyonce me da morbo”) son totalmente incorrectas y se emplean bastante a menudo. El deseo erótico que produce, en este caso, la cantante norteamericana no tiene nada que ver con el morbo sino todo lo contrario.


sábado, 6 de marzo de 2010

Ligeti

El otro día intentaba explicar a mi buen amigo Abz qué significaba Ligeti en la Historia de la Música. He dicho "intentaba explicar", no que de hecho lo hiciera, pues me parece una ardua tarea situar a un compositor en la historia de la que supuestamente forma parte (aquí repito lo de hace unos meses respecto a Messiaen: Eugenio Trías no ha considerado oportuno incluir a Ligeti en El canto de las sirenas, ni siquiera en el índice onomástico, ni entre los músicos que, como Shostakovich, han quedado fuera de su obra por diversas razones, cosa que no comprendemos ni en un caso ni en otro, o sí: puesto que al incluir a Cage y a Stockhausen parece haber tomado partido a favor de éstos, dejando a un lado al músico de origen transilvano, quien no terminó muy bien con el alemán que, a la sazón, inventara el sintetizador).

Cuando escuche por primera vez el Concierto para piano de Ligeti en la versión de la Ensemble Intercontemporaine (con Boulez y Aimard) estaba apoyado en mi balcón. Cuando llegó el segundo movimiento "lento e desserto", aproximádamente hacia su mitad, cuando suena un tremendo chasquido y un pitido hecho con un silbato, a partir del cual comienza el piano con una escala que yo llamaría cósmica, mis rodillas se debilitaron y casi caigo al suelo, de no ser porque me apoye en la balaustrada, como la mujer del poeta Dehmel cuando escucho el segundo movimiento de la Quinta sinfonía de Mahler, quien, genuflexa, creía estar ante la música más grande jamás compuesta. Sí, debe existir alguna relación entre la musica y las rodillas.

Antes de que se produzca ese chasquido, en el comienzo de este segundo movimiento, algunos instrumentos de viento parecen simular con sus lamentos los aullidos de los lobos. Yo siempre pienso que son los aullidos que oía el niño Lieti en los frondosos bosques de la Transilvania. Por lo tanto, creo que Ligeti está poniéndonos en una situación- aunque un concierto para piano no tiene porque ofrecer un significado programático -, en una situación propia de la Naturaleza, en la noche. En otras ocasiones, es una melodía folklorica, no en vano el maestro de Ligeti siempre fue Bartok, la que nos pone en situación, y de ella surgen una serie de derivaciones que nos alejan del mundo tonal inicial para meternos en el atonal. Con lo cual, hemos de suponer, es esta una muy particular, y yo diría que arriesgada manera de componer música, puesto que podría haber inconsistencia. No obstante, yo considero que es una buena manera de ampliar el campo sonoro sin perder de vista los motivos tradicionales que el oído es capaz de reconocer fácilmente. Disculpad, en todo caso, que no incluya ningún link con el video en cuestión porque ahora mismo me es imposible, pero lo haré: se llama Piano Concerto de Ligeti, y es su segundo movimiento Lento e desserto. Creo que la mejor versión es la citada en el párrafo anterior.

A continuación les dejo con un fragmento de una entrevista de la BBC a Ligeti que no tiene desperdicio: http://www.bbc.co.uk/radio3/johntusainterview/ligeti_transcript.shtml , en la que se habla de la "consistencia", de la matemática musical, de la que Ligeti huye para construir un arte más humano. En un segundo fragmento, Ligeti carga contra Wagner y Schonberg.

"
Q- To mesh.

Ligeti: To mesh, exactly. There is a description of Yeats, in English, about a puzzle which you try, you try... in a certain moment, you succeeded. And I think this is a wonderful image for this kind of work. It's not only the free fantasy of the composer or of the artist in general. There is something where things have to have a certain consistency, but don't ask me what this consistency is. In a mathematical deduction, I can exactly show what is consistency. In art there is no such consistency.

Q: But you just have that sense that you have reached the point when it fits, when it meshes?

Ligeti: Yes. So, why I'm so slow in composing and revising all the time and re-writing pieces; until I have the feeling, it's like a mathematical structure, but it's never a mathematical structure, in fact.

Q: A sense of the mathematical may validate it, but it doesn't drive it in the first instance?

Ligeti: Yes. And it's an emotional validation, not an intellectual one and when I imagine music, it's naïve first. But then I am very interested to have a ... like in a school where the teacher gives you a certain problem, solve this problem."



...

Q: I want to talk a bit about the past and your connection with the past, because you say 'I like all good music' - Gesualdo, The Renaissance; Monteverdi, of course, one of your great loves; the first Viennese school. Now there are many composers who say they're not interested in the past, they're only interested in what is being written now and indeed, they would be happy if there was no knowledge of the past. What do you feel about those people who say 'I am not interested in 500 years of music that has been written before I came to writing'? What is your reaction?

Ligeti: I think this is extremely egocentrical idea, thinking the self-importance and thinking in the future... Wagner began this foolish way of thinking he's the most important composer. He accepted Beethoven's 9th Symphony, but now he will create a music of the future. What he created was a contribution to the Nazi Germany, in fact. I'm against it. And also Schonberg . Schonberg who taught with the method of 12 tone rows - "I made sure the domination of German music for the next 100 years", well this is extremely pretentious and stupid."