¿Por qué, aunque me indignen cosas como las que en esta foto
se representan…
nunca haría esto que en esta otra más pequeña se puede ver?
He escogido la primera de las imágenes con un poco de
trampa. En apariencia, todo español al que no le interese mucho la Historia, no
verá en ella nada más que un acto simbólico de carácter institucional. Acertará
si piensa que es la Diada, aunque podría ser una fiesta valenciana, mallorquina
o aragonesa, pues sus banderas son semejantes. Pero sí, es la Diada de Catalunya.
Hay un arco al fondo que es el Arc del Triomfo de Barcelona,
y unos señores con unos trajes de época no excesivamente castrenses. Es el
traje de ceremonia de los Mossos de Esquadra. Hay público. En apariencia no hay
contradicción. Y tal vez tampoco en lo esencial, porque quién le va a decir a
una comunidad autónoma cuáles tienen que ser sus símbolos. La contradicción es
histórica.
La Diada de Catalunya es la conmemoración de la derrota de
Barcelona tras un largo asedio por parte de las tropas de Felipe V de Borbón.
Tras esa derrota, solo Mallorca quedó en pie en su defensa del linaje de los
Austrias, y no por mucho tiempo.
No vamos a entrar ahora en la discusión sobre las guerras de
sucesión de la Monarquía española, que no sólo se dieron en la península sino
en toda Europa. Aceptemos que los catalanes tienen como símbolo una derrota
y que, ellos, en cuanto “Pueblo” se
sentían más cómodos con el linaje de los Austrias.
Nótese que, si bien los defensores de los Austrias estaban
repartidos por toda la península, por ejemplo en Toledo, no es menos cierto que
lo que hoy el pancatalanismo llama “Paisös Catalans”, esto es, Cataluña,
Valencia, Baleares y un trozo de Francia y otro de Murcia, junto con Aragón,
vendrían a ser las zonas de mayor apoyo al Archiduque Carlos, ya que este tenía
una visión más descentralizada de sus dominios españoles, al contrario que el
borbón, que la tenía más centralizadora. O sea, que aceptemos que ese es uno de
los quicios en los que se apoya el nacionalismo catalán más común.
Después de la derrota, Felipe V derogaría los fueros de las
regiones que no lo apoyaron—manteniendo los de Vacongadas y Navarra, que sí
que le fueron fieles—. Los catalanes y Felipe V acabarían entendiéndose de
alguna manera. Dejemos por un momento el asunto de la guerra de Sucesión, que
no de “secesión”, para centrarnos en la “posguerra de Sucesión”.
Durante ésta, había en la región gran inseguridad. La
población todavía seguía armada. Había bandolerismo y contrabando. Pero sobre
todo lo que aún quedaba bastaste eran “austracistas”, esto es, partidarios,
muchos armados, del Archiduque Carlos, los cuales ya comenzaban, al parecer, a
ser minoritarios.
Pues bien, justo al terminar la guerra se organizan
patrullas armadas ciudadanas cuyo principal cometido es la persecución y
ajusticiamiento de los austracistas resistentes. En 1721 se institucionaliza el
asunto y se ponen al servicio del “Corregidor”, pues ya el Decreto de Nueva
Planta ha calcado las instituciones castellanas en Cataluña. Continuarán su
cometido hasta cumplirlo y se encargarán de perseguir entonces a los
contrabandistas y a los bandoleros.
"La llarga història del cos de Mossos d'Esquadra, que es remunta a la seva fundació a principis del segle XVIII, ha passat per moltes vicissituds. En un principi les Escuadres de Catalunyanomés eren escamots per perseguir les últimes resistències austriacistes i els bandolers (quan no eren una mateixa cosa)". (Wikipedia en catalán).
O sea que lo que vemos en la foto tiene eso de
contradicción. Si los que se ven en la foto, el público y fuerzas vivas que están sentados, expresan demasiado su “nostalgia austracista”, que, aunque parezca el colmo,
parece ser uno de los pilares fuertes del nacionalismo catalán, podría darse el
caso de que los mossos, cuyo origen es— como puede verse— precisamente
anti-austracista o borbónico, se lanzaran éstos, con sus bellos trajes, a dar
porrazos al público.
Pero eso no pasará, porque está amalgamado por el material
del que está hecho el sueño nacionalista, esto es, la mentira, o cuanto menos
exageración.
Post scriptum:
En la segunda foto vemos arder la estelada. ¿Por qué no me parece bien eso, aunque esté harto del lío
éste de los independentistas— que no de Cataluña y de todas las maravillas que la
engalanan, empezando por la propia lengua, que es una delicia? La foto parece
estar tomada de un vídeo en Palma de Mallorca. Allí queman la estelada porque los nacionalistas
mallorquines contrarios al pancatalanismo consideran que ese es el símbolo del
“imperialismo catalán”, como cuando se extendió en el Camp Nou el símbolo de
los Paisös Catalans.
En general no hay que quemar cosas y menos donde haya
concurrencia de gente. Es un peligro. ¿Qué culpa tiene la bandera de Cuba y la
del Reino de Aragón- y en muchos sentidos, de España- de que un demente las
juntara para dar a luz ese estrafalario y horrible símbolo que es la estelada? Es cierto que desde finales del XIX y gran parte del XX, como no tenían internet ni twitter, a
muchos europeos les daba por inventarse extrañas banderas, y es verdad que tras
ellas ha ido mucha gente directa a la muerte. No es razón suficiente, ni esa ni
la del antipancatalanismo, para quemar una bandera del balcón de un edificio público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario