miércoles, 14 de abril de 2010

¿De dónde vienen las ideas?

Últimamente ando bastante mal de la vista o del cerebro. Ayer sin ir más lejos leo de pasada una noticia que dice que un cartagenero ha sido nombrado nuevo secretario de las NNGG de IU, o del PC. El titular de la noticia que leo es el siquiente: “esencialmente defendemos las mismas ideas que hace treinta años”. Continúo hojeando u ojeando el periódico hasta el final, y vuelvo al principio y me detengo en la noticia del cartagenero comunista. Mi reflexión había sido errónea porque había leído mal. Le creía un defensor del eurocomunismo carrillista de la transición, un comunismo guiado aún entonces por el imperio soviético, pero democrático al fin- ¡y monárquico- y plagado de católicos!, el PCE de hace treinta años, en pocas palabras. Pero correctamente leído, el titular decía así: “esencialmente defendemos las mismas ideas que en los años treinta”. “Ha debido leer Así destruyó Carrillo al PCE, de Líster”, pensé. O peor, ha podido leer más: Revolucion y Estado, de Lenin. O la biografía de Álvarez del Vayo.

En efecto, podríamos situar en los años treinta el punto al que retornaría cualquier comunista que fuera además fundamentalista y quisiera regresar a su arcadia feliz. A mediados de los treinta, y más joven que este comunista cartagenero, Carrillo se pasaba del PSOE al PCE, en noviembre del treinta y seis, y no precisamente para hacer simposios y manifestaciones horteras, o para defender al castrismo iluminado por los silogismos de Sabina, que no necesita salirse de la misma Cuba para desarrollar su maniqueismo sectario: “no firmaré contra Cuba mientras haya Guantánamo y bloqueo”. Carrillo, más joven que él, en ese mismo mes de noviembre, ya mandaba, era consejero de la dirección de seguridad de Madrid. De esto seguro que también ha leído nuestro cartagenero,. Que siga leyendo y un día hasta llegará a la conclusión de que la defensa de esas ideas, que “en esencia son las de los años treinta”, solo se justifica por los gratos placeres que ofrece a la larga el sufragio pasivo en España.